Pasan los días y aunque los arboles empiezan a brotar antes
de tiempo y el sol se oculta cada días más tarde, mi invierno interior es cada día
mas gris. Aún no dejo de pensar en el
destino, en las decisiones que marcan ese destino, en lo difícil que es hacerse
cargo de las acciones y en el dolor que causan las consecuencias, en lo imperfecto y vulnerable que es el ser humano para tener en sus manos ese destino…
Todo el tiempo se mezcla en mi interior, el maravilloso
recuerdo de ese pasado tan tangible, las risas, la compañía, el amor, el
compartir, el vivir, el ser feliz…; el presente desolador que atormenta en cada
mañana llenando de soledad mis espacios esperando desesperadamente la llegada de
la noche para ver que termina un día más… ; y ese futuro incierto, que aún intentando construirlo, se disipa
sin poder evitarlo…
Doy vueltas y más vueltas como un lobo enjaulado en un
tortuoso desamparo, viendo pasar las horas, los días, los meses, haciéndome preguntas
que no puedo contestar, desahogando ese nudo en mi garganta…viendo
todo cada vez más gris, más oscuro, y una figura frente a un ocaso, pero esta vez en soledad.