Porque lastimar? porque herir? porque doler? porque las
palabras calan tanto...inconsciencia quizás...pero las hendiduras quedan en el lomo de la puerta por más que
luego se quiten los clavos, y las marcas se quedarán para siempre...
La vida me fue un regalo desde que nací hasta mis días, mi
historia está en mi ser y no voy a renegar de ello, no quiero, solo la asumo
sin medidas y con sus consecuencias, amando lo mejor y dejando de la lado lo
peor. No me lamento por lo que fue, ni añoro lo que no sucedió. Solo acumulo la
luz de los seres que me rodean y moldean mi vida, bien o mal forman parte de mí,
y si por casualidad la luminosidad más pura de alguien no tiene que seguir a mi lado lo
acepto, pero no busco culpables por ello…solo celebro el haberla encontrado.
Duele dejarla ir…
En los últimos tiempos he aprendido a ver el universo de una
forma más complaciente, más reconfortante y agradecida, trascendiendo (o tratando) todo lo que se me presenta. Indudablemente
me falta mucho por pulir, pero la liviandad de las bases ya está, puedo admitir
la realidad…aunque no me guste…aunque me duela...
Días y más días pasan y el inevitable silencio se quiebra
aún con mis resistencias, el duelo nunca terminará, las heridas nunca se
cerrarán y la última mirada nunca será como la primera. Respirar y vivir,
sentir que la vida continua, impulsando el sentido de las cosas, tratando de
ganar espacio al tiempo creando una nueva forma de un color particular,
infinita y sin lados ni aristas, solo fluyendo en todas las direcciones… Y yo allí
en el centro, tratando de renacer todos los días, solo queriendo dar y recibir la luz…