Abandonado, solitario, casi olvidado, enmudecido y sin
música en el alma... así dejé este blog hace más de un año. Supongo que
inconscientemente y sin saberlo me estaba preparando para otro silencio más
íntimo...
Y aquí me encuentro otra vez, tratando de sobrellevar esta
soledad a la que tanto miedo siempre tuve, aprendiendo a vivir en mi mundo
solitario, sin mañanas de compañía, sin disfrutes de la vida de a dos, sin la
mitad que siempre anhelé, sin el sentir en cada “gordo”, sin el hogar que construimos, sin la caricia que aún
me falta...
Desde niño mi naturaleza me encaminaba a buscar mi par, mi
familia, había recibido mucho amor para querer formar mi refugio propio, pero
la vida, el mundo y mi propio “ yo” me enseñaron que no siempre se obtiene lo
que queremos y aunque duela hasta la
fibra más íntima, aunque no lo entiendan, aunque no lo asuman, hay que renunciar…
Queda lo bello de haber vivido y compartido, amado, sentido,
todo un abanico de hermosas sensaciones que siguen allí y nunca se borraran; la
experiencia de haber crecido a la par del otro aprendiendo a volar, a despegar
los pies del suelo; queda ese nuevo universo antes desconocido que siempre iluminará más allá de lo que pueda tocar…
Luego del duelo, que nunca sabré cuánto durará (espero que
no sea eterno) vendrá otra vez la nueva mirada del mundo, de mi mundo, el cual
ya no será el mismo, mucho no quiero pensar al respecto, no tengo ánimos, solo
quiero que los días pasen…y pronto. Dicen que el destino ya está escrito, pues tendré que aprender a asumirlo sin dolor, sin llanto, esperando la próxima historia con ansias e ilusión, como la primera vez... El
invierno no ayuda pero busco escapar de
la rutina asomándome a cada rayo de sol que se filtra, aun así hay veces que no
lo consigo…
He vuelto a mi refugio, a mi desahogo, a mi llanto en forma
de letras, de canción, de imagen y seguiré
aquí, de momento no hay donde huir. Sigo
aclarándome y asumiendo mis errores que espero de los cuales hacer el
aprendizaje y crecer…para mí, para alguien, para la vida…
Hoy las palabras no me ayudan a significar lo que
siento, por primera vez se me hace difícil
describir lo que late dentro de mí…tal vez ni yo lo sé … Tengo la esperanza que de a poquito las
palabras salgan y no se queden en un nudo en mi garganta.
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