Cuando el 8 de Octubre se conoció el nombre del ganador del premio Nobel de la Paz, nunca se creyó que pudiera traer tanta polémica, a pesar de ser sabido que el premio es de por sí mismo controvertido en demasía.
Desde 1901 que dicho premio es otorgado "a la persona que ha hecho el mejor trabajo a la mayor cantidad de contribuciones para la fraternidad entre las naciones, la supresión o reducción de ejércitos así como la participación y promoción de congresos de paz", aunque no solo se singulariza en una persona únicamente, 20 organizaciones han sido beneficiaras a lo largo de más de un siglo que tiene de vigencia.
En este caso, el Comité Nobel Noruego decidió entregar el premio a Liu Xiaobo, un activista en pro de los derechos humanos y opositor al régimen Chino reclamando la instalación de una democracia en dicho país.
Paradojicamente Liu recibe la noticia estando entre rejas, purgando una condena de 11 años acusado de "incitar a la subversión contra el Estado". Inmediatamente la República Socialista China se pone a la defensiva cuestionando dicho premio y aplacando cualquier tipo de festejo, utilizando de argumento que el galardón es un ataque Occidental a China, a su sistema(?)judicial y a su despegue como potencia mundial.
He aprendido a respetar los modos de vida, las culturas diferentes, los sistemas con normas de conductas particulares, a ver desde una empatía plural modalidades dispares en cuanto a mundo, creencia, costumbres, etc. Pero lo que no he podido a lo largo de este crecimiento interno llamado vida es poder aceptar la injusticia, el prohibir por el hecho de prohibir, el perseguir por pensar diferente, el uso de la fuerza y el poder para masificar en pos de un ideal (por lo general no concordante con la realidad).
En democracia se habla de independencia, se entiende de ella, pero en un país que se dice república socialista, gobernada por un Partido Comunista desde 1949, es imposible pretender que interprete la democracia cuando antes de intentarlo directamente la prohibe, la censura.
Entiendo a Xiaobo y a Xia(su esposa) que en más de dos décadas aunan esfuerzos para luchar pacíficamente por una libertad que creen propia, que no creen en el exilio para poder ganarla, que sus ideales y convicciones están por delante de todo. Quisiera más aún, poder comprender como con un incisivo acoso, incomunicación, amenazas y presiones se puede aspirar a una vida mejor en un sistema unipartidista(sera parecido a unitario?).
El 10 de Diciembre se entregará el controvertido premio Nobel en Oslo, Noruega, y todavía es incierto quien tendrá el honor de recibirlo en nombre del agraciado puesto que por razones obvias Xiaobo no puede eludir el sistema judicial de su país y por otro lado la poetiza Xia, de momento con arresto domiciliario e incomunicada, tampoco parece ser agraciada por parte del gobierno para tal fin desde el momento en que el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Ma Zhaoxu, dijo no conocerla en referencia a la esposa de un polémico preso opositor...
El premio en cuestión no fue entregado en 19 ocasiones, la mayoría coincidiendo con fechas de guerras mundiales, una sola vez fue rechazado(en 1973), por Le Duc Tho, y esta vez...esta vez tendremos que esperar que ese diploma y la medalla (también existe una cuantía económica) puedan algún día llegar a manos de su destinatario y recibirlos de las misma manera que recibió la noticia de su adjudicación: con lágrimas en los ojos, dedicándolo a muchos que quedaron en el camino por la lucha de los derechos y libertades, y ojalá, que sea en un momento de su vida en el cual se hayan cumplido aunque sea mínimamente en parte el sueño y la inspiración de ese añorado premio.
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