viernes, 27 de noviembre de 2009

Pasando Noviembre

Ha pasado el mes de noviembre y con él se terminaron los últimos dias casi primaverales que han durado más de la cuenta. Y con este penúltimo mes, el cumple de mi madre, mi querida madre, han quedado atrás los poco más de 60 años y aún hoy me parece ver una adolescente en sus ojos.
Días, años, tiempo que ha servido para aprender de la vida, de los démas, de mí(porque no), de esa historia que cada segundo que pasa deja huella. Y aunque en alguna ocasión las marcas de su biografía no dejaron un buen sabor supo sacudir los pétalos y seguir, en algunos casos con mirada incierta y otros con nubloso camino. Pero siempre sabiendo que todo sigue, que los segundos continuan casi automáticamente y la historia no se detiene.
Mi madre, la persona que aprendio a ocupar un lugar en mi vida, un lugar que soño desde siempre, superando hasta sus propias expectativas, amando más de lo que su corazón pudo, puede y podrá. Ella, la que es capaz de todo por mí, la que afrontó las equivocaciones, la que levantó la frente, la que asume los errores, la que añora oportunidades. Ella que un ocho de noviembre llegó a un hogar lleno de amor, la mimada de Marcos, la niña rebelde.
Sesenta años no son nada, o son mucho, son lo que tienen que ser, la vida que tiene que vivir.


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